Una obra de caridad que se desarrollaba en el centro de la localidad bonaerense de San Miguel, denominada “Operativo Frío” y en beneficio de los más necesitados, finalizó en un verdadero escándalo cuando personal policial que responde al municipio irrumpió en el encuentro para desalojar el lugar, provocando el repudio generalizado de vecinos y transeúntes, quienes no dudaron en calificar la actitud de los uniformados como un real “atropello”.
El episodio tuvo lugar cuando decenas de personas en situación de calle se acercaron a la plaza central para recibir abrigo, alimentos y asistencia en salud y de pronto se vieron rodeados por los agentes de la fuerza local, viéndose obligados a retirarse y a quedarse, de esta forma, sin los elementos de extrema necesidad que pensaban conseguir, principalmente, para paliar las bajas temperaturas. Hubo golpes, empujones e insultos.
Mientras se desarrollaba una jornada de atención integral a personas en situación de calle en la plaza central de la localidad bonaerense de San Miguel, la Policía Municipal irrumpió abruptamente para impedir el operativo, que ya contaba con cientos de personas aguardando asistencia.
La actividad, organizada por el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires junto a otros organismos, se enmarcaba en la campaña de invierno y ofrecía kits de abrigo, como frazadas, camperas y zapatillas; una taza caliente; orientación y asesoramiento para personas mayores y con discapacidad; vacunación de calendario y Covid por parte del Ministerio de Salud, y la presencia del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, brindando atención ante situaciones de violencia de género.
Aunque se trataba de una jornada destinada a acompañar a quienes más lo necesitan en el día más frío del año, el accionar del Municipio de San Miguel se centró en obstaculizarla y condicionarla.
La intervención policial incluyó golpes, gritos, empujones y un despliegue intimidatorio hacia quienes participaban del operativo y hacia las personas que aún estaban esperando la asistencia.
En lugar de acompañar o facilitar una respuesta estatal integral, eligieron obstaculizar un operativo que buscaba garantizar derechos básicos y resguardar la vida de los más vulnerables. Pese a las condiciones impuestas por el accionar policial, se logró finalizar parcialmente la jornada y se entregaron 900 frazadas, 800 camperas y 800 pares de zapatillas para las familias presentes. Sin embargo, no fue posible completar el resto de las prestaciones previstas.
Fuentes oficiales aseguraron que la solicitud de permiso fue realizada en tiempo y forma y otorgada sin obstáculos, pero que se pidió que la actividad no se llevara a cabo en la plaza central sino en otros lugares, y que debido a eso la policía intentó desactivar el operativo.