Ocho formas de mantener tu casa cálida sin estufa: trucos simples para enfrentar el invierno con eficiencia

Escrito el 27/06/2025

Con el descenso de temperaturas y el aumento del consumo energético, muchas familias buscan formas alternativas de calefaccionar sus hogares. Te contamos cómo mantener el calor sin necesidad de recurrir a la estufa.

Con la llegada oficial del invierno, se hace más evidente uno de los desafíos típicos de la temporada: lograr que el hogar se mantenga cálido sin recurrir en exceso a la calefacción. Ya sea por el alto costo energético, la falta de instalaciones adecuadas o el deseo de reducir el impacto ambiental, cada vez más personas buscan soluciones prácticas para conservar el calor en casa sin depender exclusivamente de estufas o sistemas eléctricos.

La combinación de estos trucos puede hacer una gran diferencia en el confort del hogar sin recurrir constantemente a sistemas de calefacción. Si bien no reemplazan por completo una fuente de calor, sí permiten mantener una temperatura más agradable, reducir el consumo energético y, en muchos casos, generar un ahorro económico importante.

 Cuáles son las 8 formas de mantener tu casa cálida sin estufa.
 Cuáles son las 8 formas de mantener tu casa cálida sin estufa.

1. Aprovechar la luz solar durante el día

El sol es una fuente gratuita y natural de calor. Para sacarle el máximo provecho, es recomendable abrir persianas y cortinas durante las horas de sol para permitir que sus rayos entren y calienten los ambientes. Este efecto es especialmente notable en habitaciones que reciben luz directa. Sin embargo, una vez que cae la tarde, es clave cerrar bien las cortinas para retener ese calor acumulado y evitar la entrada de aire frío.

2. Aislar los pisos con alfombras

El suelo frío es una de las principales vías por las que se escapa el calor. En muchas viviendas, especialmente aquellas con pisos de cerámica o cemento, caminar descalzo en invierno puede resultar incómodo. Una solución efectiva y estética es incorporar alfombras gruesas o mullidas en los espacios más usados de la casa. Actúan como barreras térmicas, aíslan el piso y ofrecen una sensación de mayor calidez al tacto.

3. Sellar puertas, ventanas y ranuras

Las corrientes de aire son enemigas, silenciosas del confort térmico. Aun con puertas y ventanas cerradas, el aire frío puede filtrarse por ranuras, grietas o huecos en los marcos. Para evitarlo, se recomienda el uso de burletes, cintas adhesivas sellantes, toallas enrolladas o incluso almohadones especiales para tapar la parte baja de las puertas. Esta práctica ayuda a mantener el calor acumulado y a evitar el ingreso de aire del exterior.

4. Reubicar los muebles estratégicamente

La disposición del mobiliario puede contribuir (o interferir) con la circulación del calor. Por eso, es importante asegurarse de que los muebles no obstruyan fuentes de calor como estufas, radiadores o ventanas soleadas. Una distribución que favorezca el paso del aire cálido y la entrada de luz natural puede hacer que un ambiente se mantenga más templado por más tiempo.

5. Elegir cortinas gruesas o térmicas

Además de su función decorativa, las cortinas cumplen un rol fundamental como barreras contra el frío. Durante la noche o en días nublados, las cortinas pesadas o térmicas ayudan a reducir la pérdida de calor a través de las ventanas. Es conveniente optar por telas gruesas como terciopelo o lona, que aportan una capa extra de aislamiento entre el vidrio y el interior del ambiente.

6. Cerrar las puertas de ambientes no utilizados

Una técnica sencilla y efectiva consiste en cerrar las puertas de habitaciones que no se están utilizando. Esto permite concentrar el calor en los espacios habitados, evitando que se disperse por toda la casa. Así, se crea una especie de “microclima” más cálido y confortable, especialmente útil en hogares grandes o con espacios poco aislados.

7. Usar velas con precaución

Aunque su poder calefactor es limitado, las velas pueden aportar una pequeña fuente de calor en espacios reducidos. Además, su llama genera una sensación de calidez visual y emocional que transforma el ambiente. Es importante colocarlas en lugares seguros, lejos de cortinas o materiales inflamables, y no dejarlas encendidas sin supervisión. Como plus, las velas aromáticas pueden contribuir al bienestar general con olores agradables que reconfortan.

8. Sumar mantas y almohadones

Los textiles son grandes aliados para mantener el cuerpo cálido. Tener mantas gruesas al alcance del sillón o la cama permite abrigarse sin necesidad de calefacción. También se recomienda colocar almohadones en sillas o butacas, ya que reducen el contacto directo con superficies frías y aportan una sensación de abrigo. Cuantos más textiles blandos haya en una habitación, más acogedora y cálida se vuelve.