Mario Pergolini logró lo que muchos creían improbable: instalar su programa "Otro día perdido" en la televisión, a fuerza de experiencia, estilo propio y un equipo afilado. El conductor se posicionó con un buen nivel de audiencia y, pese al escepticismo inicial, consiguió captar la atención de un público que valora su tono ácido y sin filtros. Sin embargo, no todo es aprobación: figuras del espectáculo como Susana Giménez se niegan rotundamente a participar del ciclo, alegando maltrato sufrido en el pasado.
Aunque el programa avanza en popularidad, Pergolini no logra despegarse del halo de polémica que lo persigue desde hace años. Su estilo confrontativo genera tanto interés como rechazo, especialmente por ciertos comentarios que muchos consideran desubicados o innecesarios.
Durante una entrevista con Fede Bal, lanzó una frase que encendió las redes sociales: "No puede Fede Bal ser el sex symbol de la Argentina". La ironía, aunque típica en él, no cayó bien entre los seguidores del actor.
Otro episodio que generó revuelo fue cuando se refirió al cuerpo de Griselda Siciliani, poniendo en duda por qué no entrena físicamente y hasta sugiriendo que su pareja, Luciano Castro, debería "hacerla entrenar". Las críticas no tardaron en llegar, tildando la observación de machista y fuera de lugar.
Algo similar ocurrió con la reconocida bailarina Marianela Núñez, a quien Mario Pergolini calificó de estar "demasiado flaca", comentario que también fue ampliamente cuestionado en redes y medios.