El salario real de los trabajadores del sector registrado volvió a caer durante abril, tal como lo había hecho en marzo. La baja fue del 0,4% real, dada una mejora de los sueldos del 2,4% mensual nominal y una inflación del 2,8% durante ese mes. Los salarios registrados vienen protagonizando así un mal comienzo de año, con una caída acumulada del 1,3% durante el primer cuatrimestre, es decir comparando contra el nivel del último diciembre. Pero, además, al comparar contra noviembre del 2023 están un 6,4% por debajo. El dato se conoció en paralelo con el de la suba del incumplimiento en los pagos de tarjetas de crédito, que están en su punto más alto desde fines del 2021.
El Indec publicó el Informe de Salarios correspondiente a abril del 2025 y mostró que la recuperación de los salarios registrados, que efectivamente se había visto entre abril y septiembre del año pasado, se interrumpió a partir de octubre, momento en el que los sueldos comenzaron a estancarse, ya con un sesgo a la baja desde que comenzó el 2025. Vale recordar que, aunque el Indec publica también los números del salario no registrado, estos se muestran con cinco meses de rezago, ya que la EPH que está recopilando los datos de abril todavía está en el campo.
El investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma, Luis Campos, enumeró la magnitud de las bajas respecto a noviembre del 2023, justo antes de que asumiera el nuevo Gobierno: “El salario volvió a perder contra la inflación en abril. Está estancado desde septiembre del año pasado y en todos los casos por debajo de noviembre de 2023. El sector privado registrado pierde un 1,2%, el público un 15,5% y en promedio caen un 6,4%”. Así, los sueldos de estatales, en la jornada de este jueves bajo la lupa por las declaraciones del presidente Javier Milei, que reconoció un trato de crueldad para con el sector, siguen siendo los que más perdieron en el último año y medio.
Desde la consultora ACM coincidieron en que la recuperación del salario real se estanco y que empezó a marcar un sendero a la baja en lo que va del año: “La evolución del salario real comenzó a traducirse en una recuperación más gradual, en contraste con la mejora más pronunciada observada durante el segundo semestre de 2024. Desde entonces, la dinámica del poder adquisitivo del salario registrado muestra signos de estabilidad, con una leve tendencia a la baja en los primeros meses de 2025. Esta pausa ocurre en un contexto donde el Gobierno busca desindexar las paritarias respecto a la inflación pasada, expresando su rechazo a homologar acuerdos con subas superiores al 1% mensual, lo que dio lugar, en la práctica, a la creciente utilización de aumentos por suma fija como mecanismo compensatorio”.
La baja de los salarios se viene replicando también en las jubilaciones, ya que según una estimación reciente del CEPA en el trimestre abril-mayo-junio estuvieron entre 3,1%, en el caso de los que no reciben bono, y el 15,7%, en el caso de los que sí perciben bono, por debajo de los niveles del trimestre septiembre-octubre-noviembre del 2023. En la vereda contraria, los salarios no registrados vienen recuperando mejor que los registrados, lo que se explica, a priori, por las paritarias pisadas a las que refirió Campos: el Indec mostró una mejora del 7,7% en abril que, con rezago de 5 meses corresponde a datos de noviembre, es decir que tuvieron una suba del 5,1% mensual, dado el IPC de 2,4% en el penúltimo mes del año pasado.
Con todo, el deterioro en los salarios registrados y jubilaciones se publicó en paralelo con los números de morosidad en los pagos de tarjetas de crédito de los hogares, que llegó al 3,2%, número inédito desde noviembre del 2021.
Buenos datos de la desigualdad: brechas y Gini
El Indec publicó en la tarde del jueves el informe Evolución de la distribución del ingreso, que se realiza a partir de los datos recopilados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Los números agregados mostraron una mejora en la distribución en el primer trimestre del año.
Por un lado, la brecha entre el 10% de la población con los mayores ingresos en la medición per cápita familiar y el 10% de los de menor ingreso, se mantuvo en 15 veces de diferencia, número idéntico al del primer trimestre del año pasado. Es decir: los más ricos ganaron 15 veces más que los más pobres, al observar la mediana estadística. Sin embargo, al mirar el promedio se observó una buena mejora: pasó de 23 veces en el primer trimestre del 2024 a 19 veces en el mismo período de este año.
Además, el Índice de Gini, que en vez de tomar a las dos puntas de la población medida por ingreso, es decir los más ricos y los más pobres, hace una medición de los niveles de igualdad en el total de la población, también mostró mejoras. Ese indicador se refleja en un índice que va del 0 al 1, siendo el 1 una sociedad totalmente desigual, es decir que una sola persona percibe la totalidad del ingreso, y siendo el 0 una sociedad completamente igualitaria.
El Gini cerró el primer trimestre en 0,435, una mejora respecto al 0,467 del mismo período del 2024, por cierto un momento histórico de desigualdad altísima, dada la megadevaluación de diciembre del 2023, que enriqueció a la cúpula y golpeó de lleno en el ingreso asalariado. Aún así, en comparación con el primer trimestre del 2023 también mostró una mejora, ya que en ese entonces estaba en 0,446.